Los encargados de mantener con vida esta tradición desde hace más de 250 años son la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina. Como ellos mismos lo explican, la tradición popular se remonta al reinado de Carlos III de España, cuando a la Corte de la época llegó una partida de sardinas podridas, provocando el hedor en toda la Villa. Para atajar este problema el rey publicó un edicto ordenando el entierro de dicho pescado en la ribera del río Manzanares.
Sin embargo la tradición es tan antigua que existen diversas teorías acerca de su origen. Otra leyenda popular narra que un personaje político de la época muy poco querido y curiosamente apodado «el sardina» por su delgadez, tras un gran rechazo de la población abandonó finalmente la ciudad de Madrid un miércoles de ceniza, los madrileños celebraron su marcha con una gran fiesta.
Aunque no esté del todo claro su origen, hoy en día esta tradición tiene un interés cultural muy valioso para los madrileños y para los amantes del carnaval.
La tradición tiene un carácter surrealista, consiste en una gran parodia de cortejo fúnebre, donde los cofrades tambalean un pequeño féretro con la figura de una sardina por todo el centro de la ciudad al ritmo de cantos y trompetas.
Los cofrades, vestidos con sus rigurosos trajes negros con capas, sombreros e insignias, van cantando, fumando puros y repartiendo caramelos, con una guia telefonica en la mano (parodiando una biblia) van «bendiciendo» con divertidos cánticos en tono religioso cada uno de los negocios del barrio enumerados en la guia.
Aunque los cofrades sean hombres, las mujeres «viudas» también se unen a la celebración vestidas de sus mejores galas.
Estas divertidas escenas populares y sarcásticas ya las había retratado el famoso pintor Francisco de Goya. Quien fue además cofrade honorífico de la Alegre Cofradía del Entierro de las Sardinas.
El cortejo fúnebre recorre el centro de Madrid durante todo el día, haciendo paradas técnicas en los bares para beber cerveza, vino o café, finalmente al caer la noche llegan a la zona del Río Manzanares, en el parque Casa de Campo, donde con bailes, cabezones, cantos, antorchas y la compañía de las familias, se reúnen para enterrar a la Sardina y despedirse por un año más de las celebraciones de Carnaval.
Los Carnavales son sin duda las fiestas que más expresiones de alegría nos regalan. El Entierro de la Sardina es una de las celebraciones más arraigadas a la cultura madrileña, con cientos de años de folklore, su importancia radica en mantener con vida el espíritu de su tradición.