Es difícil saber el origen de esta religión politeísta pero según la mitología japonesa, la pareja de hermanos Izanami y Izanagi fueron los creadores del archipiélago nipón. De esta creación nace también Amaterasu, la diosa del sol, quien más tarde daría a luz al primer emperador, linaje que domina hasta la fecha.
Más allá de las creencias, el sintoísmo busca las relaciones armoniosas entre los seres humanos, la naturaleza y los kami. El símbolo que identifica esta religión es el Torii, un arco en forma de portal que se encuentra en la entrada de cada templo sintoísta. Su significado se basa en marcar la división entre el mundo profano y el mundo sagrado.
Además de los Torii, los símbolos protectores del lugar están representados por animales situados en pequeños altares alrededor de la colina, las más tradicionales son los dragones, perros, zorros y gatos, todos acompañados de detalles como un pañuelo, una llave, un pergamino o una hoz. Estos símbolos protectores forman parte del más profundo misticismo de la cultura nipona.
La sociedad japonesa es una mezcla interminable de sorpresas y detalles que te embriagan de curiosidad y te invitan a contemplar una visión totalmente distinta de la vida. Fushimi Inari-Taisha es un sitio sagrado, rodeado de leyendas y reconocido internacionalmente como uno de los grandes símbolos de Japón.